Un libro editado por Heliodoro Pablo Salazar Celis
Al placer de andar se une el gozo de los sentidos que proporciona el contacto con la naturaleza, con su sonido, su color, su olor y tacto; todos ellos cambiantes por el clima y sobre todo, por los ciclos que hacen pasar a la tierra del letargo sosegado del invierno, a una explosión vital cada primavera, y volviendo en el nostálgico otoño a la introversión en un precioso marco polícromo que se irá apagando junto a la luz del sol. Desde épocas remotas, el hombre, en su necesidad de progresar, ha abierto sendas, ha creado caminos, se ha convertido en un peregrino andariego, buscando ideales, buscando riquezas, buscando nuevos horizontes, en definitiva buscándose a sí mismo. Nunca hubo un camino con un fin absoluto, jamás llegó nadie al final ideal, pero sí rompió los límites de su pequeñez, fue conocedor, ensanchó su espíritu y se sintió “más hombre en la Tierra”.
Este trabajo que hemos realizado sobre Las Loras, quizá adolezca de la técnica descriptiva necesaria para plasmarlo literalmente, pero más que el interés científico que le da el biólogo, arqueólogo, geólogo, ornitólogo que componen el equipo, llevan sin duda, el cariño por estas tierras, ya que todo este material humano es autóctono. Tal vez por la idiosincrasia de estas tierras, mayormente hemos sido todos los miembros de la asociación “Los Cañamares” pateadores solitarios de la comarca, sintiendo el placer de la callada vivencia de todo lo que nos rodea, sintiéndonos partícipes y eslabones del medio en que nos encontrábamos, tanto en plena naturaleza como ante cualquier yacimiento histórico, ante cualquier testigo artístico de nuestro particular pasado o con nuestra propia gente, cuyo lenguaje de sensibilidad nos es común. Este proyecto esperamos que pueda servir a quien lo lo utilice como compañero y consejero en el conocer y querer esta comarca de Las Loras.